domingo, 27 de mayo de 2007

Si algo me da miedo de este blog...

... o de cualquier otro, sea de la temática que sea, es la absoluta vulnerabilidad en la que, en este caso a mí, te deja. Y quizá por eso noto cierta neutralidad y, en general, poca personalidad, poca alma de quien escribe, en los blogs que voy mirando. Muchas veces creo que se intenta superar eso con un léxico rimbombante, una gramática rebuscada o incluso fotografías espectaculares pero, aceptémoslo, es una temeridad atreverse a crear un universo en el que te vuelques del todo y cualquiera pueda entrar, eso que se llama blog. Para no engañar a nadie diré desde ya que es esa una posibilidad que a mí, personalmente, me acojona. Jamás contaría mi vida, milagros y miserias a alguien que acabara de conocer y por eso tampoco lo haré aquí, a la vista de millones de potenciales lectores (¡que horror!). Es decir, que si un día estoy fatal, con la sensación de que el mundo se me cae encima y llorando como una magdalena por las esquinas -cosa que (¡¡atención!! ¡¡dato intimo y personal gratuito!!) no pasa casi nunca- no vendré a escribirlo en esta ventanita.
Yo nunca (un nunca en negrita, subrayado y al 72) digo todo lo que pienso. Ni sería capaz de verbalizar todos mis pensamientos, ni tendría horas del día suficientes, ni nadie me pide que lo haga (también intento no opinar con ligereza o si no me preguntan) ni, sinceramente, creo que fuera muy productivo para mi vida social. No digo todo lo que pienso pero hago algo mucho más importante: pienso todo lo que digo.
Esa es una de mis filosofías de vida y también será la de este blog: no está todo lo que es pero ES (eso seguro) todo lo que está.

2 comentarios:

Javier Sánchez dijo...

Querida amiga: me tranquiliza ver que era sólo cuestión de tiempo y no de ganas la publicación de nuevos post en tu blog. Por lo demás, bueno, supongo que nadie se desnuda así como así, hay quien sólo deja ver un hombro, y ya satisface esta necesidad de sentirse observado. Y hay quien no tiene que justificar nada porque simplemente, está encantado de conocerse.

Ambros dijo...

Totalmente de acuerdo. Para escribir cosas interesantes no es necesario hablar de uno mismo. Ni todas las buenas novelas deben ser autobiograficas.

Y, por mucho que me guste conocer gente en Internet sigo teniendo predilección por los amigos de carne y hueso con los que puedes tomarte un café.