jueves, 7 de mayo de 2009

¡TENGO PISO!

Y qué mejor forma de celebrarlo que escribiendo un nuevo artículo en este casi desaparecido blog que ahora retomo con ansia, energía, y en un momento acojonante y maravilloso de mi vida. ¡tengo piso! ¡¡Dios mio!! ¿¿¡Qué he hecho!?? ¿¡Dónde me he metido!? Pero, alma de cántaro, ¿tú sabes lo que estás haciendo? Con la vida como está, con la crisis, que ya sabes tú cómo están las cosas, con lo chica que eres todavía, que eres una niña, y con piso ya!! Menos mal que no se te ha ido la cabeza del todo y, por lo menos, es alquiler. Por lo menos, te puedes arrepentir, y volver al calor del hogar, donde el frigorífico siempre está lleno, tienes que poner y quitar la mesa cuando te digan, subir a tender y destender cuando a la señora de la casa le plazca, pedir permiso para liarla parda con tus amigas y pedir perdón por llegar a las 12 de la noche un martes. Habrase visto. Un martes a las 12... Pero nada. Yo en mis 13. Que para algo nací ese día. Yo, que siempre he sido una temeraria y que, a poder escoger, cojo lo difícil mucho antes que lo fácil, me voy a un piso de alquiler. 107 metros vacíos, paredes blancas, 2 armarios empotrados y lavadero pá mi sola. Ole yo. Con un par.

Adiós a las frivolidades, a las planchas del pelo de 180€, a las cenas caras sin venir a cuento, a los chaneles y los diores, al colchón de cuatro cifras en la cuenta del banco. Hola a las trampas, a las deudas, a gastar la mitad del sueldo el dia 3 del mes, al pago a plazos...

Pero, hija mía, qué has hecho... Con lo mala que está la vida...