Con ese dinero puedes, a día de hoy, dar un reconfortante paseo en autobús por el centro y/o la periferia de Córdoba. Además, si sabes aprovechar las gangas, por el mismo módico precio puedes disfrutar de una experiencia en familia. Sí, sí, ¡Cómo lo oís! Que sea justo o injusto, es otro cantar. Que sea una medida de fomento del transporte público y la conciencia ecológica, también. Pero el cierto caso es que yo entro en el bus solita y desamparada sin nadie que me dé charla ni perrito que me ladre, pago religiosamente mi euro con diez céntimos y justo detrás entra una señora con todo su séquito: carrito de bebé doble, no le pregunté si eran gemelos o mellizos, niña de unos 3 años, bolsas de la compra... En total 4 personas, carrito que vale por dos, juguetes, bolsas, bolso que ocupan una superficie no menor a 4 metros cuadrados y va la buena señora (que no sé si será buena madre, así que no puedo adelantarme a opinar porque no la conozco) y paga ¡¡el mismo 1’1€ que yo!! Esto es fomentar la natalidad, y no el cheque-bebé...
¡¡Si me queréis, irse!!
O, para los muy internacionales: "If you really love me, get out!!"
martes, 10 de agosto de 2010
domingo, 8 de agosto de 2010
No se puede vivir con un franco
Como decía, la película me ha conmovido tanto como para animarme a escribir sobre ella en este blog. Yo, que soy de lágrima dura, no pude hacer otra cosa que sacar el paquete de pañuelos para secar el rastro que me provocaba la valentía, la inmensa dignidad de los personajes, la realidad cruel de la historia (que es un poco la historia de todos nosotros y de nuestros abuelos), la terrible pena por las injusticias.
Creo que, pese a tener menos de un año, ha nacido un clásico de la filmografía española.
Mi más sincera admiración para Imanol Arias, que no ha sido nunca, hasta ahora, my cup of tea. Al niño Roger, que tanta ternura y pena despierta. A Carmen Machi: es una pena que te reconozcan como Aída sabiendo hacer de Rocío Moliner o el impresionante papel de la Tortuga de Darwin. Mi más cálido aplauso al nunca suficientemente reconocido Miliki, que pone el broche de oro con una majestuosa interpretación y a Emilio Aragón, que hace bien todo lo que hace.
Hace días que no puedo dejar de tararear eso de “no se puede vivir sin un franco”.
jueves, 22 de julio de 2010
En esta nuestra comunidad
martes, 20 de julio de 2010
Cosas que he aprendido en Bélgica
Que algún tuerto me ha mirado para tener la mala suerte de que en todos, absolutamente todos mis viajes en tren me toque en el vagón a un niño llorón y chillón de los que detesto. Que ser madre y hacerle “ssssssshhhhh” a tu hijo chillón para que se calle tiene nula efectividad. Que se pueden tener 27 años físicos y 13 mentales. Que comprar 4 chorradas para la cena en un supermercado sale por 32 euros.. He aprendido también que la vida se paraliza cuando cierran las tiendas a las 6 de la tarde y ya no se ve un alma en la calle, aunque todavía queden casi 4 horas de sol. Que quepo en el tambor de una secadora. Que me encanta ver los partidos de fútbol fuera de mi país y que he sido capaz de comprarme una camiseta de España y de pintarme la cara con la bandera. Que 40 minutos son más que suficientes para acaparar la mesa de una terraza y que, pasado ese tiempo, es legítimo que te echen. Lo que es el Ommegang. Que 3 de cada 4 tiendas venden chocolate.
domingo, 27 de junio de 2010
Últimamente ando algo perdido...
Y, sincera e inmodestamente, creo que tengo muchas más cosas que decir que hace un año, pero mucho menos tiempo.
Y ahora que me he confesado, prometo enmendarme. Amén
martes, 15 de diciembre de 2009
El poder de una llave Allen
martes, 6 de octubre de 2009
Hotel Urban 5*...
lunes, 17 de agosto de 2009
Un aplauso...
lunes, 8 de junio de 2009
Se equivocó la paloma, se equivocaba
jueves, 7 de mayo de 2009
¡TENGO PISO!
Adiós a las frivolidades, a las planchas del pelo de 180€, a las cenas caras sin venir a cuento, a los chaneles y los diores, al colchón de cuatro cifras en la cuenta del banco. Hola a las trampas, a las deudas, a gastar la mitad del sueldo el dia 3 del mes, al pago a plazos...
Pero, hija mía, qué has hecho... Con lo mala que está la vida...