Hoy la he visto otra vez gracias a TVE y, definitivamente, me encanta el cine británico. Al menos, todo el que he visto. Y a mí sí me hace gracia su humor, pese a los que puedan tacharme de cultureta.
Y aquí estoy yo, preparando ansiosa mi breve viaje a Londres de diciembre, planeando en una lista que crece cada día all the things i wanna do. Y van y me ponen esa película, con esos planos increíbles de los puentes del Támesis con St. Paul de fondo. Y esas calles inmensas de casas todas iguales con sus tres escalones en la puerta. Y me muero por ir. Me muero por vivir allí. Me muero de ganas por convertirme en cualquiera de las mujeres de la película y vivir en uno de esos áticos diminutos y encantadores decorados con mucho gusto y poco dinero. Y sé que lo haré algún día. No sé cuando, no sé cómo. Pero lo haré.
Londres es mi ciudad. Aunque sólo he estado una vez (vi lo mínimo e indispensable) y no se puede decir que haya visto el mundo entero (ni medio siquiera) sentí desde que la vi que era mi ciudad. En diciembre será la segunda vez que la pise y, entre tú y yo, quiero hacer de esto un hábito. Es muy snob, lo sé, pero a partir de ahora quiero ir allí con asiduidad. Así como, al menos, una vez al año. No por nada. Por el simple placer de estar allí. No me importan las tiendas cerradas a las 5, las calles vacías a las 5’30 y el insuficiente alumbrado publico. La adoro. Supongo que el amor será algo así, aún no lo sé. Conocer a alguien y sentir que tienes que estar lo más cerca posible de él todo el tiempo que puedas, disfrutar cada momento a su lado. Planear con esperanza y deseo los momentos en los que os veréis. Es algo así, ¿no? Creo que me estoy enamorando. Ya os contaré que tal nuestro idilio cuando vuelva.
Londres es mi ciudad. Aunque sólo he estado una vez (vi lo mínimo e indispensable) y no se puede decir que haya visto el mundo entero (ni medio siquiera) sentí desde que la vi que era mi ciudad. En diciembre será la segunda vez que la pise y, entre tú y yo, quiero hacer de esto un hábito. Es muy snob, lo sé, pero a partir de ahora quiero ir allí con asiduidad. Así como, al menos, una vez al año. No por nada. Por el simple placer de estar allí. No me importan las tiendas cerradas a las 5, las calles vacías a las 5’30 y el insuficiente alumbrado publico. La adoro. Supongo que el amor será algo así, aún no lo sé. Conocer a alguien y sentir que tienes que estar lo más cerca posible de él todo el tiempo que puedas, disfrutar cada momento a su lado. Planear con esperanza y deseo los momentos en los que os veréis. Es algo así, ¿no? Creo que me estoy enamorando. Ya os contaré que tal nuestro idilio cuando vuelva.
